Me dejé la vergüenza olvidada
en el fondo del vaso en el último bar.
La mirada perdida, la voz oxidada,
despierto en tu cama y me da por cantar...
Dame el tiempo que no te haga falta
y prometo invertirlo en caricias en tu espalda.
martes, 29 de junio de 2010
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Qué bonito!
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