
en el fondo del vaso en el último bar.
La mirada perdida, la voz oxidada,
despierto en tu cama y me da por cantar...
Dame el tiempo que no te haga falta
y prometo invertirlo en caricias en tu espalda.
...y alzó la cabeza fina,
universal y cubana,
sin opio, ni mariguana,
ni cocaína.